Las farc, un peldaño más arriba en su ignominia: negociando cadáveres

Que eran comerciantes de la muerte ya lo sabíamos. Que usaban los cadáveres políticamente no es una novedad, pero que sean tan directos en su negociación de cadáveres: “Yo te doy un cadáver y tú me das dos, y si quieres te encimo a los próximos dos que secuestremos y asesinemos cuando el grupo de los intelectuales Colombianos Por las Farc nos negocien un alto al fuego” es el último peldaño de la ignominia.

Aun recuerdo lo que tardaron en devolver los cadáveres de los diputados del Valle asesinados salvajemente cuando se encontraban indefensos; y como los usaron políticamente con el mayor desprecio por la honra de los muertos y el dolor de las familias. También recuerdo como primero lo negaron y echaron la culpa a un rescate militar con el eco rabioso de los mamertos del Polo; y después como la mamertada criolla usó y abusó de esa tragedia y de los familiares de los diputados para atacar a Uribe. Recuerdo finalmente la parte final de ese oprobio, cuando para devolver los cadáveres hicieron un show y levantaron un circo mediatico jaleado y alentado por los periodistas, políticos y blogueros del Partido Comunista Clandestino de Colombia.

Así son los angelitos de las Farc –ep (ejecutores del pueblo), mostrando su peor calaña asesina y sinvergüenza, primero matan a los secuestrados y después negocian con el cadáver. Peor canallada imposible. Y mientras mantienen un dialogo epistolar con los Colombianos Por las Farc de los mamertos Cepeda, Lozano, Piedad y Gloria Cuartas; mantienen un dialogo “pistolar” con el pueblo poniendo bombas, quemando camiones de gente honrada y trabajadora, matando policías pobres en veredas lejanas, mutilando niños campesinos con sus infames minas quiebrapatas, dejando sin agua ni para hacerle un tetero a sus niños a las madres de Villavicencio, matan indias embarazadas, etc, etc.

Pero ahora resulta que hay que agradecerles el detalle de negociar vilmente con el cadáver del Mayor Julián Ernesto Guevara como si fuera un saco de papas. Vaya por Dios. “Principio de reconciliación” lo llamó Teodora de Bolívar. ¿Cómo puede ser “principio de reconciliación” el negarse a entregar un esqueleto a sus familiares para sacarle provecho político? Desvergonzada esta Teodora. Palabras mezquinas como para coronar la infamia y darle cuerpo a la ignominia narcoguerrillera.